Las limitaciones en el manejo de la diversidad agrobiológica en Cuba, debido al déficit financiero, posibilitó una estrategia de fitomejoramiento alternativo y complementario al fitomejoramiento convencional y centralizado. Esta importante forma denominada Fitomejoramiento Participativo (FP), como parte integrante de la innovación agropecuaria local, se inició en el 2000 y después de ocho años de ejecución, los propios campesinos que se sumaron a estas ideas han evaluado su impacto.
En este artículo se aborda la temática de las experiencias exitosas de las organizaciones sociales en el Corredor Biológico Mesoamericano a partir de una evaluación participativa de la cual surgieron 22 indicadores que permiten medir, ya sea de forma cuantitativa o cualitativa el desarrollo de los proyectos.