This guide is the second in a series of documents designed to support agencies implementing participatory agroenterprise development program operating within defined geographical areas.
In India, Farmer Producer Organizations (FPOs) are considered as the most preferred institutional mechanism for enhancing productivity and income of farmers. This is based on the resounding success of a few farmer collectives that have aggregated their produce to realise better incomes. However, when efforts were made to scale up this interesting model across the country, several challenges emerged.
Participatory Guarantee Systems (PGS) and short organic supply chains have emerged as promising solutions for smallholder farmers to provide organic produce to nearby consumers. PGS is an institutional innovation that builds trust among producers, traders and consumers through a low-cost transparent and participatory certification mechanism. They have particularly gained a foothold among smallholder farmers in middle- income countries, where third-party certification costs are often unaffordable.
In order to bring about sustainable transformation and business orientation into the Indian Agriculture sector, there have been schematic interventions to promote unique forms of social capital for farmers, called Farmer Producer organizations (FPOs). Many stakeholders, particularly NGOs, are involved in promoting and handholding these FPOs in a target-driven mode by promoting a large number of such institutions across the country.
India is witnessing dwindling gains from agriculture for the smallholder farmers because of high cost of inputs, changing climate impacting production, fluctuating market prices of outputs, and weak delivery of services at the last mile. The value share of farmers in the commodity supply chain needs to be increased to ensure that farming remains a remunerative livelihood option. There has to be a wider acceptance of the fact that the country needs partnerships among multiple players with complementary knowledge and expertise for its agricultural development.
Actores locales y productores agropecuarios en Latinoamérica tienen acceso limitado a la información agroclimática y, cuando logran acceder a ella, tienen dificultades para traducirla en conocimiento procesable y accionable. Si bien los servicios climáticos son reconocidos por contribuir a cerrar la brecha entre la generación de información climática y su uso por parte de las partes interesadas, su provisión y uso en Latinoamérica aún representa un desafío crítico.
El presente manual está dividido en tres capítulos, cada uno de los cuales aborda diferentes aspectos del cambio climático. En el Capítulo I se presenta brevemente un marco conceptual donde se explica en forma sencilla los principales conceptos teóricos vinculados con la temática de la adaptación al cambio climático. Todos los ejemplos y testimonios que se presentan en este y en los demás capítulos han sido recogidos en los talleres con equipos técnicos y agricultores familiares desarrollados en los países participantes del proyecto.
En esta publicación se presenta una visión general de las oportunidades y las dificultades actuales de las iniciativas encaminadas a aumentar los efectos de la extensión agraria y rural. El punto de partida para este análisis reside en el reconocimiento de que se ha superado la visión de la extensión agraria como sinónimo de la labor de los organismos del sector público.
l presente libro tiene el propósito de servir de guía al conjunto de acciones que deben redundar en el posicionamiento de la política de extensionismo, creando un ambiente favorable para consolidar la implementación de una política consistente de Extensionismo Rural con Enfoque Territorial. El proceso de difusión de las bases de la política de extensionismo debe enfocarse en los lineamientos establecidos, sistematizados con la intención de lograr un posicionamiento claro entre todos los actores responsables de su implementación.
De acuerdo con datos recientes, más del 80 % de la población de América Latina se concentra en el medio urbano; sin embargo, la población y la producción de las zonas rurales y el papel que estas desempeñan en el manejo de los ecosistemas y los recursos naturales aún resultan esenciales para el bienestar y el desarrollo de las sociedades latinoamericanas. La producción del sector agropecuario contribuyó con el 5 % del producto interno bruto (PIB) total de la región en 2013, lo que representa casi USD 260 billones en productos.