La perspectiva sistémica ha sido aplicada extensamente al estudio de la innovación, dada la existencia de múltiples agentes heterogéneos cuya interacción permite la generación, difusión y uso del conocimiento. Sin embargo, tal interacción presenta dificultades por las brechas existentes entre los agentes, siendo los intermediarios los responsables de construir puentes y facilitar la vinculación.
La literatura de los intermediarios que participan en el proceso de innovación les atribuye la capacidad de cerrar brechas y disminuir los costos de transacción entre actores exploradores y explotadores de conocimiento, siendo esta interacción vital para que exista un sistema de innovación. Sin embargo, no hay un consenso en la literatura respecto al impacto real de los intermediarios en el sistema en el que actúan.
El enfoque del des-aprendizaje, entendido como el rompimiento de la inercia del aprendizaje pasado frente al entorno, es un factor importante a la hora de comprender el esfuerzo voluntario que las firmas realizan para abandonar las capacidades que ya no son necesarias para competir en un sistema de innovación. Desde esta perspectiva, el des-aprendizaje es un fenómeno complejo que emerge junto con el aprendizaje.