Atentos a la dinámica que han seguido los mercados internacionales de productos agrícolas, y con el interés de contribuir al debate, al análisis y a la toma de decisiones informadas para hacer frente al complejo problema de la volatilidad de precios, nos complace presentar este primer número del Boletín interinstitucional CEPAL-FAOIICA, que forma parte de la iniciativa que nuestras instituciones vienen emprendiendo desde 2009 para elaborar, cada año, una publicación sobre las perspectivas de la agricultura y el desarrollo rural en América Latina y el Caribe.
Rendir un informe anual del trabajo realizado por el IICA es más que un compromiso con la transparencia y la rendición de cuentas; constituye también un medio para reconocer los avances de nuestros Estados Miembros en beneficio de sus pueblos. Los logros que ellos alcanzan gracias a los aportes que les brinda el Instituto los hace mantener su confianza en una organización que de hecho les pertenece.
El proyecto insignia “Inclusión en la agricultura y los territorios rurales” del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) pone énfasis en la inclusión de los segmentos que tradicionalmente han sido excluidos de los benefcios de los procesos de desarrollo de la agricultura y de las economías rurales.
Este volante muestra las acciones para mejorar la capacidad de los países para mitigar y adaptarse al cambio climático y utilizar mejor los recursos naturales.
De acuerdo con datos recientes, más del 80 % de la población de América Latina se concentra en el medio urbano; sin embargo, la población y la producción de las zonas rurales y el papel que estas desempeñan en el manejo de los ecosistemas y los recursos naturales aún resultan esenciales para el bienestar y el desarrollo de las sociedades latinoamericanas. La producción del sector agropecuario contribuyó con el 5 % del producto interno bruto (PIB) total de la región en 2013, lo que representa casi USD 260 billones en productos.
Este trabajo reúne cuatro profundos estudios sobre cuestiones estratégicas del sector agropecuario, los alimentos y la agroenergía en el país, a partir de una mirada detallada del escenario internacional y el lugar de la Argentina en él. El momento de su lanzamiento no podría ser más oportuno. Hoy el mundo, y con él la Argentina, enfrentan el desafío de satisfacer la demanda creciente de alimentos y, al mismo tiempo, garantizar su acceso a cada vez más personas, sin poner en riesgo el desarrollo sustentable ni la seguridad energética.
Este texto presenta un recuento de los logros alcanzados mediante un conjunto de políticas públicas que se han aplicado a lo largo del tiempo en la Argentina, muchas de las cuales se continúan y coordinan en el marco del Programa Agricultura Inteligente. Esas políticas han permitido encontrar respuestas a preocupaciones como el aumento de la productividad, los efectos del cambio climático, el uso adecuado de los recursos fundamentales del agua y la tierra y la menor utilización de energías altamente contaminantes, entre otras.
La Red Agricultura G-20 ha sido una iniciativa conjunta del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) de México, de cara a la VII Cumbre del Grupo de los 20 (G20). El objetivo de esta red virtual fue vincular a estudiantes, académicos y el sector civil para que expresaran sus opiniones y analizaran a profundidad los temas de la agricultura con miras al encuentro de líderes del G20, celebrado en la ciudad mexicana de Los Cabos en junio de 2012.
La cañahua (Chenopodiun pallidicaule), es un cultivo originario de los Andes altos de América del Sur. Bolivia y Perú son los principales países productores de este grano andino, cuyas características alimenticias son destacables, por ejemplo, se registran contenidos de proteína que van desde los 17 a 19%, se cuenta con una amplia variabilidad genética que le confiere al cultivo grandes posibilidades de usos culinarios e industriales.
En la provincia de Guanacaste se observan dos estaciones bien marcadas a lo largo del año: la seca, que va de principios de noviembre a finales de mayo, y la lluviosa, que comprende los meses restantes. Sin embargo, en las últimas décadas, en el territorio nacional se han presentado importantes variaciones en las oscilaciones de precipitación y temperaturas que han impactado significativamente a esta provincia.