El concepto de desarrollo sostenible (DS) tiene como punto de referencia el Informe de la Comisión Bruntland, donde se le describe como un “proceso capaz de satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer las suyas” (ONU,1987). Desde esa perspectiva, el desarrollo económico y el uso racional de los recursos naturales están inexorablemente unidos en el tiempo y el espacio.
Existe hoy una preocupación creciente acerca de cómo los sistemas de monitoreo y evaluación permiten generar nuevos conocimientos para la comprensión no sólo de los efectos e impactos de una intervención sino también sobre la manera en que suceden los cambios. Este trabajo presenta la metodología de sistematización de experiencias, entendida como una estrategia multiactoral para evaluar intervenciones de desarrollo con énfasis en los procesos y las lecciones aprendidas.
El propósito de este texto es explorar el concepto de sistemas territoriales de agricultura familiar (STAF) en el marco de procesos que promuevan, de manera integrada, iniciativas de desarrollo de nuestros territorios rurales y de fortalecimiento de las agriculturas familiares, en el marco de políticas nacionales articuladas o complementarias entre sí.
Este material tiene como propósito brindar herramientas y recursos para promover y fortalecer los procesos asociativos en el territorio, y está destinado a los equipos técnicos del INTA y también de todas aquellas organizaciones e instituciones que trabajan en la promoción del desarrollo de los agricultores familiares. Ofrece pautas y orientaciones para los grupos asociativos que recién se están conformando y también para aquellos que ya tienen un camino recorrido.
Se espera que este plan sea la hoja de ruta, tanto para los líderes locales, como para los funcionarios de instituciones que apoyan el territorio. Aquí podrán encontrar las prioridades identificadas por los actores y las líneas de acción que se deben seguir para alcanzar los objetivos planteados. No está de más señalar que la puesta en práctica de este plan requiere del esfuerzo mancomunado de todos los actores sociales del territorio, así como de toda la ayuda financiera y técnica que puedan prestar los actores institucionales.
De acuerdo con datos recientes, más del 80 % de la población de América Latina se concentra en el medio urbano; sin embargo, la población y la producción de las zonas rurales y el papel que estas desempeñan en el manejo de los ecosistemas y los recursos naturales aún resultan esenciales para el bienestar y el desarrollo de las sociedades latinoamericanas. La producción del sector agropecuario contribuyó con el 5 % del producto interno bruto (PIB) total de la región en 2013, lo que representa casi USD 260 billones en productos.
La Red Agricultura G-20 ha sido una iniciativa conjunta del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) de México, de cara a la VII Cumbre del Grupo de los 20 (G20). El objetivo de esta red virtual fue vincular a estudiantes, académicos y el sector civil para que expresaran sus opiniones y analizaran a profundidad los temas de la agricultura con miras al encuentro de líderes del G20, celebrado en la ciudad mexicana de Los Cabos en junio de 2012.
Esta guía, para el diagnóstico de los SisNIAs plantea un nabordaje con base en tres ejes de análisis: i) Caracterización de la producción y del sistema de ciencia y tecnología, donde se desarrolla la situación productiva del país, generación de conocimiento, dominio tecnológico y base técnica de producción; ii) Caracterización de los actores del sistema y sun papel en la inducción de la innovación, identificando a los principales actores y el rol que cumplen en el sistema; iii) Caracterización de la institucionalidad del SisNIA, sustentada en los marcos legales, estímulos y obstáculos a la
Les systèmes semenciers paysans nourrissent le monde et font preuve de résilience face aux catastrophes naturelles. Cependant, ils sont menacés par l’emprise croissante des entreprises sur la nature et par l’accélération de la destruction de la biodiversité agricole. De plus en plus, les sociétés des semences et de l’agrochimie cherchent à privatiser, monopoliser et contrôler les semences en déposant des brevets et en encourageant la marchandisation de la source même de la vie.
La plupart des personnes pauvres et qui souffrent de la faim, dans le monde, sont des ruraux qui tirent un maigre revenu de l’agriculture. En 2010, sur les 1,2 milliard de personnes extrêmement pauvres, quelque 900 millions vivait en milieu rural. Environ 750 millions de ces personnes travaillaient dans l’agriculture, généralement comme petits exploitants familiaux (Olinto et al., 2013). On estime que 200 millions de ruraux pauvres pourraient émigrer vers les villes ces 15 prochaines années, mais la plupart d’entre eux resteront toutefois à la campagne.