El objetivo del estudio fue evaluar el grado de sostenibilidad de agroecosistemas campesinos, a través de la aplicación del enfoque sistémico que permita una comprensión integrada de los impactos técnicos, ambientales, económicos y sociales, como base para apoyar el proceso de transición agroecológica. Para tanto se adoptaron marcos conceptuales empleadas por la Metodología MESMIS, a partir de un conjunto de atributos sistémicos para la evaluación de los agroecosistemas.
La metodología presentada responde entonces a la formalización de los aprendizajes desarrollados en la animación y acompañamiento de proyectos locales de valorización de recursos territoriales. El trabajo con los actores locales, como resultado de puntos de partidas y trayectorias diferentes, con motivaciones, objetivos y estrategias propias a cada caso, nos permite considerar el carácter de único, de construido y de situado de cada proyecto local.
Este documento presenta un análisis del contexto macroeconómico y sectorial y de las tendencias y perspectivas para los cultivos, la ganadería, la pesca, los bosques, el bienestar rural y las políticas públicas e institucionalidad del sector. A partir del análisis de las tendencias y las perspectivas, cada capítulo ofrece a consideración de los tomadores de decisiones una serie de recomendaciones que se considera aportarían a afrontar los retos de la dinámica económica mundial y a aprovechar las oportunidades que ofrece.
This document examines the macroeconomic and sectoral context and the trends and outlook for crops, livestock, fisheries, forests and rural well-being, as well as the public policies and institutional framework for these sectors. Based on an analysis of the trends and prospects, each chapter offers a series of recommendations for the consideration of decision-makers, in an effort to help address the challenges posed by the global economic dynamics and to take advantage of opportunities.
La documentación de casos de éxito refiere una labor con satisfactores paralelos. Por una parte, la constatación inmediata de la correcta aplicación de la metodología y los recursos humanos y materiales destinados al Proyecto Estratégico de Seguridad Alimentaria (PESA) en México. Por otra parte, ser testigos de cómo los beneficios se reflejan en los productores, en las familias, en las comunidades y en las regiones.
El proyecto insignia “Inclusión en la agricultura y los territorios rurales” del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) pone énfasis en la inclusión de los segmentos que tradicionalmente han sido excluidos de los benefcios de los procesos de desarrollo de la agricultura y de las economías rurales.
De acuerdo con datos recientes, más del 80 % de la población de América Latina se concentra en el medio urbano; sin embargo, la población y la producción de las zonas rurales y el papel que estas desempeñan en el manejo de los ecosistemas y los recursos naturales aún resultan esenciales para el bienestar y el desarrollo de las sociedades latinoamericanas. La producción del sector agropecuario contribuyó con el 5 % del producto interno bruto (PIB) total de la región en 2013, lo que representa casi USD 260 billones en productos.
Tradicionalmente en Paraguay el fin exclusivo de la producción agrícola había sido la alimentación humana y animal, pero este país ha incursionado en la producción de materias primas a partir de cultivos para la obtención de combustibles de origen biológico, el consumo de combustibles fósiles y la eventual mezcla con los derivados de petróleo. Los datos incluidos en este artículo contribuyen a un posterior estudio sobre los posibles efectos de su uso en distintas proporciones de rubros agrícolas de consumo humano y animal para la producción de biocombustibles a nivel nacional.
La cañahua (Chenopodiun pallidicaule), es un cultivo originario de los Andes altos de América del Sur. Bolivia y Perú son los principales países productores de este grano andino, cuyas características alimenticias son destacables, por ejemplo, se registran contenidos de proteína que van desde los 17 a 19%, se cuenta con una amplia variabilidad genética que le confiere al cultivo grandes posibilidades de usos culinarios e industriales.
En la provincia de Guanacaste se observan dos estaciones bien marcadas a lo largo del año: la seca, que va de principios de noviembre a finales de mayo, y la lluviosa, que comprende los meses restantes. Sin embargo, en las últimas décadas, en el territorio nacional se han presentado importantes variaciones en las oscilaciones de precipitación y temperaturas que han impactado significativamente a esta provincia.